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Channel: ReliefWeb - Updates on Haiti: Earthquakes - Jan 2010
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Haiti: Carta de la Jefa de Delegación de Cruz Roja Española en Haití con motivo del 10 aniversario del terremoto

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Source: Cruz Roja Española
Country: Haiti

Bárbara Vallés, que estaba en Haití como delegada de Cruz Roja Española, ha vuelto al país como Jefa de la Delegación de Cruz Roja. En esta carta nos cuenta qué pasó y cómo está siendo la intervención de la Organización humanitaria en Haití.

Yo empecé a trabajar con Cruz Roja en Haití en el año 2003. Empecé con la Cruz Roja Alemana en Puerto Príncipe como responsable de logística a la respuesta al Ciclón Jeanne y luego trabajé con ellos en Sri Lanka en el 2004, como asistente a la coordinación durante la respuesta al Tsunami.

En el 2005 me incorpore Cruz Roja Española en Haití.

Ese año Haití tenía un gobierno de transición y existía una gran inseguridad con, zonas de no paso porque estaban controladas por bandas armadas. Había entonces unos 7000 cascos azules y unos 1620 policías de la MINUSTAH. Es importante saber que en Haití había más o menos unos 8.500 policías para una población de 10 millones de personas; es decir, un policía por cada 1.200 personas. Debido a la difícil situación del país también estaba presente el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), el cual monitoreaba todos nuestros movimientos.

Yo tenía que ejecutar un proyecto de Preparación para Desastres (DIPECHO). Cuando empezó el proyecto se fue la jefe de misión que había en ese momento y me quedé prácticamente sola con un equipo recién formado en el Cabo Haitiano (una ciudad del norte) y un logista en Puerto Príncipe.

Este proyecto cubría 11 comunidades del norte hasta el noreste de la isla. En esa época no había carreteras y se tardaba 6 horas en hacer el trayecto.

Durante ese proyecto pasé mucho tiempo viajando de comunidad en comunidad, lo que me permitió conocer el gran norte de Haití y viajar por comunidades que ni sabía que existían. Descubrí a una población solidaria, luchadora y con ganas de salir adelante. Es cuando verdaderamente comprendí la importancia del trabajo que hacíamos y del impacto que tenía en las comunidades más remotas. Sobre todo cuando, después, la comunidad te lo agradecía.
En esa época la sede de la Cruz Roja Haitiana estaba dirigida por Mme. Michaéle Amdée Gédéon y el oficial ejecutivo era Dr Guiteau Jean-Pierre, que ahora es presidente.

La Cruz Roja Haitiana tenía entonces 14 comités regionales y 120 comités locales en los 10 departamentos de Haití. Los comités eran proactivos, y mantenían una comunicación constante con la presidenta. Ella les visitaba siempre y cuando era posible. Esto significaba que la presidenta sabía todo lo que hacías. De hecho daba miedo: cuando te llamaba a su despacho, ¡Algo habría hecho tu equipo!

Mme Gédéon Siempre supo cómo transmitir su visión de cómo se debían hacer las cosas y lo que se esperaba de sus colaboradores. Fue una autentica líder.

Al finalizar el DIPECHO me mudé a Puerto Príncipe. En ese momento ya era la coordinadora porque la delegación había crecido y teníamos más proyectos.

Trabajábamos en el departamento del Centro con un proyecto de “Sante se la vi” en el noreste con un proyecto de agua y saneamiento, en puerto príncipe con un proyecto contra la violencia, en el sureste con un convenio de gestión de riesgos y desastres. La delegación tenía entonces 3 delegados y 20 empleados locales repartidos en los proyectos.

El trabajo a través del país me permitió ver que, aun con la falta de medios, la Cruz Roja Haitiana estaba bien reconocida y aceptada en todas las comunidades. Todo el mundo la respetaba y era la única junto con el Comité Internacional de la Cruz Roja que trabajaba en las zonas más peligrosas de Haití.

Un punto importante que mencionar sobre Haití es que no pasaba un año sin una catástrofe natural y que las mínimas lluvias causaban inundaciones. Se podía decir que se temía la temporada ciclónica pues siempre pasaba algo. En esos casos la CRH organizaba una reunión de coordinación con las sociedades nacionales liderada por la presidenta o por el oficial ejecutivo. Inicialmente apoyábamos con la movilización de coches y de gasolina para las evaluaciones y luego, dependiendo de la magnitud, interveníamos con otros medios o no.

Pero hay catástrofes para las que no estábamos preparados, una de ellas fue el terremoto del 12 de enero 2010. Tuvo una magnitud de 7.3 - ocurrió a las 16 horas y 53 minutos hora local. Se registraron una docena de temblores secundarios de magnitud entre 5.0 y 5.9 en las horas siguientes.

Era el final de la jornada laboral y yo acababa de llegar a mi casa y el resto del personal CRE estaba de camino a sus casas en Puerto Príncipe. El personal expatriado todavía no había regresado de sus vacaciones. Esa noche la pasamos en blanco ayudando con lo que teníamos: sacábamos a la gente de las ruinas, llevábamos a las víctimas a los centros hospitalarios más cercanos, intentábamos averiguar lo que verdaderamente había pasado.

Los teléfonos no funcionaban, solo podíamos contactar a través de la radio del CICR y así era como poco a poco supimos de la magnitud de la catástrofe, mientras iban nombrando los edificios que habían desaparecido.

Solo en mi barrio se derrumbaron 8 casas y perdimos a gente muy cercana.

A mi madre, el terremoto la pillo en camino de Jacmel, una de las ciudades del sur. Tardé 12 horas en poder confirmar que estaba viva. Ella llegó a Puerto Príncipe a pie. No tuvo ni una sola ampolla en los pies.

Todas las calles estaban bloqueadas, llenas de personas durmiendo fuera por miedo de las repercusiones. Era devastador y desolador.

Tardamos solamente 5 días en empezar con nuestra operación en Puerto Príncipe. Llegaron los delegados y las Unidades de Emergencias. Cruz Roja Española fue de las primeras sociedades nacionales en distribuir agua en los campos que se habían formado en todos los espacios vacíos. Salimos de ser una pequeña delegación de 3 delegados y unos 20 empleados a una delegación inmensa con unos 45 delegados y más de 350 empleados. Tristemente, no tuve la oportunidad de conocer a todos los que participaron en este proceso, porque el tiempo paso muy rápido, los delegados llegaban y se iban en un abrir y cerrar de ojos, todo se aceleró. Creamos dos subdelegaciones en dos ciudades del sur, una en Leogane y otra en Jacmel. Y trabajamos como locos para dar respuesta a las necesidades de la población.

La Cruz Roja Haitiana salió de trabajar con los fondos y el apoyo de unas 6 Cruces Rojas a trabajar durante los siete meses después del desastre, con el apoyo en delegados y voluntarios, de unas 59 Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Toda esa ayuda fue pasando a través de la Cruz Roja Haitiana que, en ese momento, no tenía ni la infraestructura ni la capacidad, pero que, además, como todos los haitianos, había sido víctima de este desastre, como lo fueron también las organizaciones que estaban en Haití. Por ejemplo, la Minustha perdió 96 empleados, y las oficinas; la oficina de cooperación española también se derrumbó etc…

La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja tomó el liderazgo de la operación, pues había que hacer una gran coordinación con varias cruces rojas y otras instituciones que también trabajaban en el país. Se tomaron decisiones que iban luego a impactar a la CRH pero que en el momento se determinaron necesarias. Se aumentó el personal, se aumentaron los salarios, se cambió de sede. El volumen de trabajo que dábamos era enorme. Cada una de las Sociedades Nacionales vino con su manual de ejecución, algunas como nosotros intentábamos que todo fuera aprobado por la CRH, otras simplemente implementaban e informaban. La presión de la respuesta hizo que los procedimientos de integración a la sociedad nacional en las implementaciones de los proyectos se vieran afectados.

También se vio afectada la estructura de la misma CRH; se crearon comités para poder trabajar con los voluntarios, se registraron a nuevos voluntarios, la propia CRH creció extremadamente rápido.

Yo me fui 2 años después del terremoto, teníamos entonces una cartera de proyectos que consistían en:

• Reconstrucción de escuelas y un Centro de Salud

• Distribución de agua a los campos y promoción de Higiene

• Construcción de alojamiento progresivo

• Reforzamiento institucional Todo estaba en buen camino, y con excelente equipo.

Dejé un país que estaba siendo reconstruido y una sociedad nacional con el potencial de crecer y mejorar su situación. Un nuevo inicio….

He vuelto, después de 7 años, y me he encontrado un país atravesando una de sus peores crisis; nunca se ha vivido tanta tensión e incertidumbre. Desde 2018, y sobre todo, desde que se fue la misión de la MINUSTHA, el país ha conocido disturbios políticos que han provocado el cierre de todas las actividades durante más de 15 días en junio 2018 y en febrero 2019. El último episodio de cierre de todas las actividades ha sido en septiembre y ha durado 9 semanas. Hay bandas armadas que bloquean las vías de tránsito y manifestaciones de la gente exigiendo un cambio de gobierno.

El 21 de noviembre, las organizaciones humanitarias en Haití expresaron su preocupación por la magnitud de la crisis alimentaria. Actualmente, el 35% de la población haitiana necesita asistencia alimentaria de emergencia, es decir, 3.7 millones de personas, y si no se toman medidas de inmediato, 4.10 millones de personas se verán afectadas entre marzo y junio de 2020, lo que representa el 40% de la población haitiana.

Mi primer día en el base camp fue triste. En vez de encontrar una Cruz Roja Haitiana reforzada he encontrado una Cruz Roja Haitiana débil. Reflejando la realidad del país.

Nosotros seguimos trabajando. Nuestra delegación está compuesta por 3 delegados y unos 27 empleados, aunque hemos tenido que tomar decisiones duras, como la de relocalizar a los delegados por un tiempo; pero seguimos adelante, nuestro personal local ha seguido trabajando aun con la presencia de barricadas y manifestaciones. Seguimos intentando que los proyectos se vean lo menos posible afectados por la situación del país. Tenemos tres proyectos en marcha, 2 de agua y saneamiento y uno de medios de vida.

En respuesta a la situación, la Cruz Roja Haitiana, a pesar de los poco medios que tiene, saca a las ambulancias durante las manifestaciones para poder trasladar a los heridos a los centros hospitalarios. Está siendo apoyada por nosotros y el resto de las sociedades nacionales y está formulando su plan de respuesta, al cual ya estamos participando.

También estamos viendo con los financiadores como podemos venir en ayuda a la población.
Este es el momento donde el país y la Cruz Roja Haitiana nos necesitan más.

Ahora que otras organizaciones han parado sus actividades o están planeando dejar el país debido a la situación, nosotros seguimos allí. El año 2020 va a heredar muchos problemas del 2019 si la situación política no se arregla. Pero estamos preparados, tenemos un muy buen equipo y sobre todo mucha voluntad y fe en lo que hacemos.

GRACIAS


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